"El morro universitario Flavio Fuentes, más limpio que el agua de garrafón, se despierta un día y ¡zas! resulta que ahora vive dentro del cuerpo del esposo de la súper empresaria millonaria Olivia Rosales.
Él pensaba: “ah, pues chido, ya la hice… con la lana de mi esposa me tiro a la vida godín–VIP”.
Pero no, compa. El Flavio original era un caso perdido: ludópata, ratero… ¡y todavía tuvo el descaro de meterse con Sabina Rosales, la cuñada!
Cuando la muy “fresita-tóxica” de Sabina le tira veneno en la cara a Olivia, la presidenta por fin tronó y le aventó los papeles de divorcio sin temblarle la mano.
Justo en ese momento crítico, Flavio reacciona: rompe el divorcio en mil pedazos y corre a Sabina de la casa como si fuera plaga.
Mientras Olivia lo mira toda sacada de onda, Flavio le agarra la mano, sincero de verdad, y le suelta:
“Amor, no llores… yo contigo no me divorcio ni loco.”"