

El presidente del Grupo Abel, Javier Abel, buscó por todo el país, pero no pudo encontrar a la mujer con la marca de un melocotón en la cintura, que era la única de energía pura yin. Como Javier nació de energía pura yang, debía unirse con una de pura energía yin para neutralizar completamente el veneno de yang en su cuerpo, de lo contrario, su vida no duraría mucho más.

Helena, una chica que antes tenía una vida de lujo, se enfrenta a una tragedia cuando sus padres tienen un accidente y quedan en coma. Para empeorar las cosas, su prometido la engaña y la deja. Por pura coincidencia, Helena se queda embarazada de Diego, pero piensa que el padre es otra persona. Después de unos años, regresa con sus hijos y se reencuentra con Diego Herrera, quien ahora es su jefe. Helena no se da cuenta de que el padre de su hijo es su jefe, lo que causa un montón de confusiones. Sin embargo, estas confusiones también ayudan a que el amor entre ellos se desarrolle y se acerquen cada vez más. Al final, se aclaran todos los malentendidos y la familia se junta felizmente.

"Por pura casualidad, Tessa, una enfermera de urgencias, le salvó la vida a Victor, un jefe de la mafia tan peligroso como seductor. Pero en lugar de agradecerle, él la marcó como su objetivo. Victor la acorraló poco a poco, mientras ella huía por su vida... hasta que el destino le arrebató su última esperanza: su hermano estaba muriéndose, y las facturas médicas eran una losa. Entonces, él frunció sus ojos fríos y escupió: —""Sé mi mujer y yo lo salvo."" Ella firmó el contrato matrimonial bajo presión. Rechazaba su mundo criminal, pero se dejó arrastrar por su protección y ternura. Hasta que descubrió que el hombre misterioso que la rescató aquella noche lluviosa cinco años atrás... era él. Y entonces, la línea entre el odio y el amor... se desmoronó."

"Carolina Jiménez nació en una familia campesina donde se prefería a los hijos varones. A los 18 años se enamoró de León Ruiz, uno de los jóvenes instruidos enviados al campo, y tras dar a luz a su hija, se mudó con él a la ciudad. Sin embargo, la familia de su esposo la despreciaba por su origen humilde y la atormentó de todas las formas posibles, llegando incluso a acusar falsamente a su hija de robo. Incapaz de soportarlo más, Carolina se marchó con su pequeña y conoció a Jonás Paz, un exsoldado con discapacidad. Ante el acoso constante de la familia Ruiz, Jonás se interpuso para proteger a Carolina y a su hija. Gracias a su apoyo, ella se esforzó por aprender, desarrolló su talento como costurera y fundó su propia fábrica de ropa. Mientras tanto, bajo sus cuidados, Jonás recuperó la movilidad en sus piernas. De una mujer abandonada a una directora independiente, Carolina reescribió su destino con pura resiliencia. Lo que comenzó como una ayuda mutua entre ella y Jonás, con el tiempo se convirtió en amor, encarando juntos una vida nueva."