La vida de Sofía Reyes dio un vuelco cuando su esposo e hijo fueron diagnosticados con cirrosis hepática. Sin dudarlo, sacrificó todo lo que tenía para pagar sus tratamientos. Sin embargo, durante un trabajo ocasional, descubrió que la enfermedad era una mentira: su esposo no era un hombre común sin recursos, sino el heredero de una poderosa familia de Nupolis, y todo había sido un juego perverso entre padre e hijo. Humillada y traicionada, Sofía decidió abandonar esa farsa disfrazada de amor. Para cuando ellos comprendieron su error, ya era demasiado tarde.
En un incendio inesperado, Pilar Ríos, madrastra de Ángela Vargas, murió al arriesgar su vida para salvarla. Su esposo, Hugo Vargas, no estaba al tanto de su fallecimiento en ese momento, lo que dio lugar a una serie de malentendidos y coincidencias desafortunadas. Cuando finalmente salió a la luz la verdad, todos los malentendidos se aclararon y Hugo se arrepintió profundamente de no haber valorado su amor a tiempo.