

Alma Flores fue sacada del orfanato por sus padres biológicos de una familia adinerada. Creyó que por fin podría tener la vida feliz que siempre soñó… Pero al llegar a casa, descubrió que allí ya vivía Carla Flores, la falsa hija mimada por todos. Carla, temerosa de perder todo lo que le habían robado a Alma, usó todo tipo de trucos sucios. Incluso empujó a la hermana menor de su prometido por las escaleras, dejándola en coma, solo para culpar a Alma. En el juicio, los padres biológicos de Alma defendieron a la impostora, borraron las grabaciones del incidente... Y su propio hermano testificó en su contra, enviándola directo a prisión. Durante los cinco años en la cárcel, Alma sufrió humillaciones sin fin. Cuando finalmente recuperó la libertad, su corazón estaba roto. Ya no deseaba amor ni familia: solo quería alejarse de esa casa maldita. Pero justo cuando ella ya no quería saber nada de ellos… ¡su “familia” decidió no dejarla ir tan fácilmente!

Luciana Herrera no quería separarse de su mejor amiga, así que decidió cortejar al hermano de su esposo, el frío doctor Daniel Morales. Mientras ella lo perseguía sin descanso, él la observaba indiferente, ayudándola ocasionalmente. Justo cuando Luciana empezaba a ablandarlo, reapareció su primer amor. Ella decidió rendirse, pero entonces Daniel comenzó a perseguirla obsesivamente. Finalmente, terminaron juntos y felices.
![[Doblado]Abandonada por mis hermanos, consentida por mi esposo](https://acfs3.goodshort.com/dist/src/assets/images/pc/common/f901131c-default-book-cover.png)
Tras renacer, Renata decidió casarse con Alberto para vengarse de sus hermanos y recuperar su herencia. Mientras expulsaba a la intrigante Juana, los hermanos la acusaron de plagio para favorecer a Juana, pero Renata desenmascaró su fraude. Finalmente, los cuatro traidores fueron condenados a prisión.

Hace seis años—— Luz Soto era la hija caprichosa y mimada de una familia adinerada. Sebastián Rivera era un joven talentoso e inocente de una familia humilde. Seis años después—— Luz Soto es una humilde madre soltera que lucha por llegar a fin de mes. Sebastián Rivera es una influyente figura que aparece en la Revista Forbes con una riqueza sin parangón. Al volver a encontrarse, clavándole los ojos, le dijo: «Luz, gracias a ti me convertí en este Sebastián». Luz levantó la cabeza para contener las lágrimas y, sonriendo sin miedo, contestó: «Entonces, deberías darme las gracias. Si no fuera por mí, ¡habrías seguido siendo un pobretón sin futuro!». Después, Sebastián la arrinconó en una esquina y le dijo dolido y enojado: «Luz, ¿cómo te atreves a casarte con otro hombre y tener hijos?». Más tarde, ella saltó hacia las profundidades del océano y dijo: «Sebastián, te pagaré con mi vida. Ya no te debo nada». A continuación, Sebastián se volvió loco buscándola. No podía ser alguien con una voz parecida, con una apariencia similar o con una personalidad semejante. Tenía que ser ella. Solo podía ser ella. Y dijo: «Luz, vuelve. Estoy dispuesto a tropezar con la misma piedra, pero, esta vez, puedes matarme si quieres».

El mismo día que Luis Ortiz, heredero de la familia Ortiz, volvió al país, fue acorralado por la prensa. Justo cuando su primo Mario Castro quería conseguirle una novia, Rosa irrumpió diciendo que Luis era su papá. Luis lo negó, pero Mario guardó un mechón de cabello para hacerle una prueba de paternidad. La madre de Rosa, Alicia Silva, ya estaba en prisión. Alicia le enseñó a Rosa a buscar a su verdadero padre. Luis creía que Alicia lo había traicionado por dinero. Pero con la ayuda de su hija, los malentendidos comenzaron a desmoronarse y un amor roto encontró su camino hacia la reconciliación.

En su vida anterior, Luna fue asesinada por su esposo Carlos. Tras renacer, vuelve al día en que conoció a los padres de Carlos y elige decisivamente al tío de Carlos, Juan. Aunque se dice que Juan es estéril, Luna queda embarazada de trillizos y es mimada por Juan.

Ella es la verdadera hija de una familia poderosa, pero quedó lejos de ella y desamparada. Sufrió la traición de un hombre mezquino y, para colmo, sus padres planeaban venderla a un anciano. Bajo la desesperación, se casó con el vendedor de un puesto callejero. ¿Quién se habría imaginado que ese pobre vendedor era en realidad un CEO exitoso, rico y encantador? Desde ese momento, ¡la malvada pareja fue castigada! ¡Ahora tenía en la mano a sus crueles padres adoptivos! Ahora, si no le gusta alguien, ¡lo castiga! Y, si quiere comprar algo, ¡lo compra! ¡El CEO millonario cuidará a su esposa como a su propia vida!