Alicia Sánchez, la señorita de la familia Ramos fue secuestrada cuando era niña. Su hermano mayor, Carlos Ramos, temiendo que su madre lo culpara, sustituyó a la niña por una bebé de la cama vecina y mintió que la secuestrada era la hija de una trabajadora de limpieza. Alicia fue criada por Lola Sánchez y, gracias a su talento, fue admitida en la Escuela de Negocios Keston. El primer día de clases, Alicia, tras intentar ayudar a una compañera, fue intimidada por Irene Ramos, cuya identidad fue confundida. Carlos notó que Alicia se parecía mucho a su hermana perdida y, tras investigar a fondo, descubrió la verdad, confirmando que Alicia era en realidad su hermana. Decidió protegerla para que no sufriera más daño. El misterio de la identidad de Alicia se resolvió y su futuro será más brillante bajo la protección de su hermano mayor.
Javier Río, un hacker de élite reconocido a nivel mundial, cuenta con la admiración de numerosos magnates que desean colaborar con él. Sin embargo, movido por gratitud, decide ocultar su identidad y trabajar en la empresa de su prometida, Luz Morales. Javier quiere que su madre, a quien Luz desprecia por ser campesina, se mude para disfrutar de una vida cómoda. Aunque Luz parece aceptar la idea, en secreto firma un documento que rompe los lazos familiares entre Javier y su madre. Cuando Javier descubre la verdad, decide divorciarse de Luz y renunciar a la empresa. Luz, de rodillas, le suplica que no lo haga por temor a que su salida afecte negativamente la cotización de la empresa en bolsa. A pesar de ello, después de lograr que la empresa salga a bolsa, Luz decide despedir a Javier, sin prever las devastadoras consecuencias que esta decisión tendrá para la compañía.
El papá de Alicia falleció en un accidente de tráfico, y al recibir la noticia, su mamá no pudo soportar el golpe, sufrió un aborto espontáneo y enloqueció. Los golpes consecutivos hicieron que la abuela sufriera un infarto y muriera en el acto, quedando solo Alicia y su hermano Carlos, junto con una madre que había perdido la cordura. Alicia, siendo una niña, no pudo cuidar a su hermano y decidió enviarlo con alguien más. Años después, Alicia y Carlos ya habían crecido. Alicia trabajaba en diferentes lugares mientras intentaba averiguar el paradero de su hermano, mientras que Carlos ya se había convertido en hijo de un hombre millonario y había cambiado su nombre. Después de una serie de malentendidos, Carlos finalmente recordó la difícil situación de su hermana y lo que ella había pasado. Finalmente, los dos se reencontraron.