La joven Isabella Valverde, proveniente de una familia humilde de un pequeño pueblo, logró con esfuerzo y determinación ser admitida en una prestigiosa universidad. Sus padres, quienes dedicaron su vida a recolectar basura, hicieron enormes sacrificios para reunir el dinero necesario para su matrícula, enfrentándose incluso a la humillación y desprecio de otros. Su padre, abrumado por la presión, falleció debido al estrés. Desde entonces, Isabella se prometió destacar y honrar a su familia. Diez años más tarde, convertida en una profesional exitosa y respetada, Isabella invirtió 70 millones de dólares para construir carreteras en su pueblo natal. Sin embargo, fue injustamente acusada de tener una mala reputación. Lo que nadie sabía era que ella era la influyente Directora Ejecutiva del Grupo Lagaluz, la persona a la que todos habían deseado impresionar.
Celia López nació en una zona pobre en una gran montaña. Por sus propios esfuerzos, fue aceptada en una universidad prestigiosa. Sin embargo, su papá mostraba clara preferencia por su hijo. No solo no planeó pagar su matrícula, incluso rompió la carta de admisión que había recibido. Para enviarla a la universidad, su mamá optó por ganar el dinero necesario vendiendo su sangre. Cinco años después, Celia se convirtió en una empresaria exitosa y quería ayudar a su pueblo, pero la gente la difamó, diciendo que era una prostituta. En realidad, ¡ella era la presidenta del Grupo Honores!