

Despreciado por su familia política, Marshall se marcha con su mujer y su hija dispuesto a revelar su verdadera identidad como nuevo presidente de Grupo Harrington. Enfrentándose a la traición y al rechazo de su familia, luchará por recuperar su dignidad y construir una nueva vida bajo sus propias reglas.

"Hace trece años, Miguel López vivía solo con su abuelo Tomás, sobreviviendo recogiendo chatarra. De repente, su abuelo murió, dejándole un contrato de matrimonio. Desamparado, fue llevado por el Maestro Julián, un inmortal del Monte Celeste. Trece años después, Miguel regresa como Discípulo Celestial. Lo primero que quiere hacer es romper su compromiso porque ser un esposo mantenido es imposible. O rompe el compromiso, o ¡que lleve mi apellido! Si hay familias poderosas en este mundo, que lleven mi apellido y se transmita por generaciones!"

Él es un huérfano al que todos despreciaban y, justo cuando creía que pasaría toda su vida así, su camino se cruza inesperadamente con el «cisne» que admiraba en secreto, para convertirse en el esposo inservible que vivía de su mujer. Sin embargo, cuando alguien aparece ante él y le revela que es heredero de cientos de millones de activos, ¿qué transformaciones ocurrirán en su vida y cómo se comportará con su esposa?

Hace siete años, era un chico abandonado en la miseria y ella una brillante directora de empresa. Por amor, dejó todo y se fugó con él. Todos se reían de ella por estar en la más absoluta pobreza. Siete años después, él vuelve con un poder inigualable y riqueza comparable a la de una nación para aliviar su culpa y protegerla.

Pablo Moya es el heredero de la Casa del Dragón. Para devolverle a su esposa María Cruz el favor de salvarle la vida, finge ser una persona común y corriente y sustenta a la familia Cruz en secreto; pero, cuando la carrera de ella se dispara, ¡se divorcia de él! ¡¿Quién es realmente?! ¿Por qué puede hacer que el señor Aguilar se agache ante él? Una historia emocionante está a punto de comenzar…

Lucía Castillo había sido una agente élite de Leytoa, pero en una misión fue atacada por el enemigo. Al despertar, descubrió que había viajado a la antigüedad. La dueña original era adicta al juego. Incluso quería vender a sus cuatro hijas para pagar deudas y maltrataba constantemente a su yerno Bruno. Para mejorar la relación con sus hijas, Lucía enfrentó a los matones, mató a un tigre con sus propias manos y con eso saldó deudas, compró tela y otros artículos. Gracias a todo esto, sus hijas poco a poco empezaron a aceptarla y a confiar en ella. Así, Lucía, junto con sus hijas y su yerno, inició el camino hacia una vida mejor.