Pablo Moya es el heredero de la Casa del Dragón. Para devolverle a su esposa María Cruz el favor de salvarle la vida, finge ser una persona común y corriente y sustenta a la familia Cruz en secreto; pero, cuando la carrera de ella se dispara, ¡se divorcia de él! ¡¿Quién es realmente?! ¿Por qué puede hacer que el señor Aguilar se agache ante él? Una historia emocionante está a punto de comenzar…
La historia de amor entre Irene y Carlos, una vez felices, se convierte en una tragedia tras un incendio devastador. Las llamas no solo consumieron su hogar, sino que también arrasaron la confianza y el apoyo que se tenían. En aquella noche caótica, Carlos, ignorando los ruegos de Irene, decidió llevar a su hija al quirófano para salvar al hijo de su hermano. En ese instante, el mundo de Irene se desmoronó; al ver a su hija ser llevada, su corazón se llenó de desesperanza y dolor. Aunque suplicó a Carlos que comprendiera el sufrimiento de una madre, su decisión ya estaba tomada y era irreversible. Esa noche, el amor de Irene por Carlos se transformó en un profundo odio. Con el paso del tiempo, Irene permaneció al lado de Carlos, pero su corazón ya no estaba allí. No se marchó porque anhelaba venganza; quería que Carlos sintiera el mismo dolor y desesperación que ella había soportado. Comenzó a tramar su venganza, esperando el momento adecuado para revelar las culpas de Carlos.
La protagonista, Silvia Sánchez, es victima de una traición por parte de su hermana ilegítima, Cintia Sánchez. Como resultado, tiene una relación con un hombre desconocido y es expulsada de su hogar por su propio padre. Seis años después, Silvia se convierte en una doctora de prestigio internacional, regresando con sus tres hijos adorables y con la determinación de hacer pagar a quienes la han maltratado. Durante este proceso, ella atiende a un paciente con una lesión en la pierna, David López, y bajo la influencia de sus tres hijos, ambos comienzan a desarrollar sentimientos el uno por el otro. Juntos, enfrentan a los antagonistas, les hacen frente y los llevan a la justicia. La historia culmina con la revelación de la verdadera identidad de los tres niños. Y David descubre que es el padre biológico de ellos, cerrando así el ciclo de la historia.